Quizás Saber es Mejor

Una persona me comentó hace tiempo que escuchó la siguiente frase: ¿Para que sirve la historia? Bien, quizás no dijo eso exactamente o la farse está, como se suele decir, fuera de contexto. Mi hija mayor ha estudiado historia y por lo tanto tengo un sesgo notable y deben considerar un grado elevado de subjetividad en lo que expongan las líneas que seguirán a este inicio. ¿Es cierto que podemos prescindir de la historia? Yo creo que no, y no lo hacemos como ocurre cuando mostramos interés o curiosidad en la historia de nuestros padres, abuelos, bisabuelos... Como también sucede cuando justificamos una posición política basada en hechos históricos. O si se trata de explicar situaciones como la de Crimea en estos momentos. Se recurre a relatar qué era Crimea hace 100 años, que imperio controlaba esa región, si la URSS la asoció a Ucrania en el año 1954... Pero, entonces la frase ¿Para qué sirve la historia? parece fruto de una ignorancia peligrosa.  Para complicar más todo, la hist

Ya hace mucho tiempo que no escribo en este blog. La causa, la causa es la desesperanza en el futuro, la vacuidad de lo que se dice al viento solo para creer que se contribuye desde una pantalla a mejorar la situación de ruina moral del poder político de la humanidad. Sin embargo, en ocasiones es el desahogo que le queda a personas que no se atreven a una implicación directa y consecuente: ello implica riesgos mayores aunque pueda que decir lo que se piensa es ya un riesgo en este sistema donde se sabe todo lo que hacemos y parece que somos. Después de esta entrada a modo de justificación y de explicación, de que se puede hablar hoy en día sin repetirse, no lo sé. Mi profesión es la de investigador científico, con ella me gano la vida (frase horrorosa esta de ganarse la vida). Los trabajos tienen cada vez nombres más pomposos, en un programa de la UE para investigación e innovación se habla de innovation-broker. La innovación está de moda, pero este término es relativo y temporal, co