Diario Estelar Planeta Tierra
Se nos indicó, tiempo ha, que la economía había pasado a denominarse, en parte, nueva economía. Después, debido a fenómenos experimentales, se reconsidero y no se suele hablar de ella, en esos términos. Ahora, el fiasco del capitalismo sin "casi" reglas parece que genera perplejidad sobre la debacle en los EEUU (USA, en inglés, como ya saben) Sin embargo, como sucede bastantes veces, personas sin formación académica ya percibían que todo ese tinglado iba a hacer: ¡boom! Claro, que los que reciben la metralla, para variar, son los ciudadanos que no han tenido ni arte ni parte en el asunto.
El gobierno de los EEUU decide que se debe ayudar a los bancos, compañías de seguros, etc... para que el sistema no se convierta en un monstruo que arrastre a todos al caos. ¿Quienes ha de pagar todo esto? Los contribuyentes, o sea los trabajadores y los empresarios que no tienen acceso al poder. Siempre pagan los mismos.
Se oyen voces que reclaman un nuevo enfoque del capitalismo, pero al mismo tiempo otras que dicen que el sistema es más fuerte de lo que parece. Una propiedad de las finanzas actuales es que no tienen entrañas: en el altar del becerro de oro se sacrifica todo, sean personas o principios morales. Nadie duda de las ventajas del mercado, pero como me indicó Massimo Castellari, una persona que sabe escuchar y hablar en el momento apropiado, aquel debe de ser transparente y los que lo controlan no están interesados en esa propiedad fundamental.
Pregúntense una vez más: nuestros gobiernos gobiernan para el bien común o para ellos. En principio, podemos tener buena fe y pensar que los mueve el servicio a su pueblo. Por ello deberíamos juzgarlos por sus actos y hechos, pero no por lo que dicen que harán o que han hecho sin más prueba que su palabra. Y sobre todo, por el respeto a los derechos de las personas antes que por el bien de sus ideas o intereses. No deberíamos dejarnos dominar por las emociones que transimten para dominarnos mejor. Hay muchas y variadas: un futuro mejor sin garantías como hemos visto muchas veces, la exaltación de las clases o de las naciones, la revolución definitiva y las falsas proclamas de libertad y felicidad. Si dudamos de los sueños más queridos, como podemos creer en la fragilidad humana. Cuando en este mundo, los seres humanos sienten la dificultad de aceptarse como hermanos y, las barreras de religiones, culturas, lenguas y tradiciones impiden la fraternidad (o se usan para eso) ¿Cómo podemos esperar que no seamos manipulados? ¿Quién cederá su trozo de pan a su hermano sinpedir nada? ¿Quién lo recogerá sin pedir más de lo que necesita?
El gobierno de los EEUU decide que se debe ayudar a los bancos, compañías de seguros, etc... para que el sistema no se convierta en un monstruo que arrastre a todos al caos. ¿Quienes ha de pagar todo esto? Los contribuyentes, o sea los trabajadores y los empresarios que no tienen acceso al poder. Siempre pagan los mismos.
Se oyen voces que reclaman un nuevo enfoque del capitalismo, pero al mismo tiempo otras que dicen que el sistema es más fuerte de lo que parece. Una propiedad de las finanzas actuales es que no tienen entrañas: en el altar del becerro de oro se sacrifica todo, sean personas o principios morales. Nadie duda de las ventajas del mercado, pero como me indicó Massimo Castellari, una persona que sabe escuchar y hablar en el momento apropiado, aquel debe de ser transparente y los que lo controlan no están interesados en esa propiedad fundamental.
Pregúntense una vez más: nuestros gobiernos gobiernan para el bien común o para ellos. En principio, podemos tener buena fe y pensar que los mueve el servicio a su pueblo. Por ello deberíamos juzgarlos por sus actos y hechos, pero no por lo que dicen que harán o que han hecho sin más prueba que su palabra. Y sobre todo, por el respeto a los derechos de las personas antes que por el bien de sus ideas o intereses. No deberíamos dejarnos dominar por las emociones que transimten para dominarnos mejor. Hay muchas y variadas: un futuro mejor sin garantías como hemos visto muchas veces, la exaltación de las clases o de las naciones, la revolución definitiva y las falsas proclamas de libertad y felicidad. Si dudamos de los sueños más queridos, como podemos creer en la fragilidad humana. Cuando en este mundo, los seres humanos sienten la dificultad de aceptarse como hermanos y, las barreras de religiones, culturas, lenguas y tradiciones impiden la fraternidad (o se usan para eso) ¿Cómo podemos esperar que no seamos manipulados? ¿Quién cederá su trozo de pan a su hermano sinpedir nada? ¿Quién lo recogerá sin pedir más de lo que necesita?
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