Diario Estelar Planeta Tierra

Soy un cobarde. Ante mi, se extienden mis miserias; y no hago nada. Siento la furia que brota en mi cerebro y acelera el corazón, y no hago nada. Percibo que soy un cuadro de un organigrama que cumple ordenes, como un militar en su ejército, sin atender al honor. Los sapos me salen por las orejas, pues por la boca no tienen suficiente espacio.

Escucho, atónito, como los políticos hablan y hablan, sin hacer nada; creo que soy injusto con ellos, pues quién señalara al culpable, siéndolo en parte, pequeña pero no despreciable, también. Se propone una solución, pero alguien protesta y se vuelve atrás: ¿a donde vamos?

La ciencia es una actividad muy competitiva y quien no este al tanto queda fuera del juego: es un peón de la ciencia en manos del destino de sus logros. Justo parece, más no piensen que, como en toda actividad humana, la justicia existe como en nuestra utopía la reconocemos. El trabajo de un científico no es ya sólo lo que se cree que es: laboratorio, papeles, ordenador, formulas matemáticas (muy romántico) en una pizarra, sabiduría por descontado,... No lo ha sido nunca, y aún menos ahora. Es un actividad profesional en la que tener madera de "broker" no es despreciable, sino hasta saludada y quizás saludable.

El talento: se busca, se quiere, se espera, se intuye, se olfatea, se rastrea, y si se puede se trae. Este es el que hay y si encuentra algo mejor comprelo.

Pero , ¡ay! un científico es un trabajador, como un obrero más, ser obrero no es malo ni indigno, pero, ¡una élite de obreros! Pues sí, un obrero de la ciencia, no un orfebre, a veces si pero no siempre, que cree que no es un obrero, que cree que es muy listo y está por encima del hombre común.

Conozco muchos hombres comunes que darían lecciones a los obreros científicos y aún más a los que los creen dirigir bajo el control de la política, los intereses comerciales, la necesidad del sector productivo y el ingreso de dinero, principal actividad en algunos casos, para poder seguir investigando. Oirán muy poco que el objetivo es el conocimiento, la sabiduría y el desapego a los honores y el servicio a toda la comunidad social de seres humanos.

Seguramente estoy equivocado: soy un fracasado.

Comentarios

Orges ha dicho que…
Un obrero, así es como me gusta verme dentro de la ciencia. Poniendo ladrillos, porque no sirvo para otra cosa; pero lo hago con ilusión, con ganas de que ese ladrillo quede bien puesto, aunque se trate de una estancia que pocos van a habitar después. ¿Quién sabe?

¿Fracasado? José Antonio, eso nos queda a los demás a un nivel profundo. Si no te has dado aún cuenta, puedes estar más que seguro que eres admirado y referencia para muchos de nosotros. Los que intentamos der obreros de esta rama de la ciencia.

Saludos
José Antonio ha dicho que…
Gracias, no se que más decir; pero te agradezco mucho tu comentario: es un rayo de esperanza.

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