Diario oestelar Planeta Tierra

El libro sapiencial de Job de la Biblia es una fuente de inspiración que no debe ser menospreciada.

La ciencia nos ayuda en la vida a encontrar soluciones y ayuda para nuestros semejantes, sea el conocimiento de lo oculto o la mejora de nuestra condición humana. Pero la ciencia no sabe, ni nuca podrá saber, lo que yace oculto en el sentido de la existencia. Esta pregunta no es correcta para un científico, pero ningún ser humano deja de preguntarse a si mismo: ¿Para qué y Por qué existo? La ciencia es una disciplina de lo material pero no pretende explicar lo que está fuera de la materia. El dios de la ciencia es la naturaleza, y cualquier científico que niege esta evidencia se niega a si mismo. La creencia de los científicos propone que el estudio de la materia natural es la fuente que permite entender la esencia de la misma. Si esto fuera así, en ese instante la materia pasaría a ser controlada y rediseñada por el hombre con lo cual dejaría de ser natural para pasar a ser obra del propio hombre. Pero esto es una blasfemina para un científico, dado que el límite es la propia materia y su superación se acercaría al concepto de dios o de creador, que es en lo que se convertiría el propio ser humano: un rediseñador de la realidad. ¿Ya lo es? Y si lo fuera: ¿Lo es de modo consciente o inconsciente?

El problema es que los seres humanos no pueden esperar de la ciencia un consuelo inmediato, excepto aquellos que tienen dinero, o viven en países ricos, que pueden comprar esperanza y "vida". Los otros quedan apartados de la esperanza. Sólo les queda la fe y la creencia en Dios. La existencia de Dios permite un grado de esperanza que ningún ser humano puede ofrecer, por su propia esencia de ser natural y sometido a los dictados de la naturaleza de la que intenta liberarse como puede. Pero ¿Existe Dios? No lo sabemos. Pero, es evidente que para muchos es la única respuesta a su desesperanza. Los mejores intentos humanos por traer la paz y la justicia a la Tierra han fracasado, y su lenguaje para obtenerla es más duro que el de muchas religiones. Que decir de aquellos que indican sólo los más capaces tienen cabida en el mundo de la esperanza humana, los otros son expulsados del paraíso terrestre del capitalismo (o del socialismo) por ineptos y "pecadores" que no siguen los dictados del neo-liberalismo (o de cualqueir otra ideología). Ay de áquel que siendo llamado a ocupar el olimpo de los dirigentes económicos y políticos del mundo no adore al dios de la competencia, la competitividad, la lucha empresarial y el beneficio perpetuo; serán expulsados a los límites exteriores del mundo "rico" donde moran todos los que solo sirven para ser usados por los poderosos de la Tierra como instrumentos para su grandeza.

Podemos observar como las teorías humanas son una especie de religiones donde existen normas y mandamientos, fuera de los cuales sólo hay un inmediato infierno humano en esta Tierra.

Como supuesto científico, solo puedo constatar que estoy en el camino pero no me creo lo que no soy: más listo y más acertado que los demás. Aborrezco la mentira, en mí y en los otros, los dogmas de la religión, de la ciencia y de los hombres. Y busco, y reconozco que estoy perdido en este mundo del que no se nada, soy un ignorante al que la ciencia ayuda, pero no la de las certezas y de las injusticias; sino la que debería hacer justicia, hoy mismo, a todos los seres sensibles y parar este mundo para crear el que todo corazón noble lleva en si mismo. ¿Por qué tienen que morir  de hambre personas, habiendo alimentos? ¿Por qué las mujeres son sometidas por el hombre, cuando son iguales a él? ¿Por qué la riqueza debe estar tan mal repartida, y es tan abundante en manos de unos pocos? ¿Por qué el egoísmo económico es la explicación del motor del ser humano? ¿Por qué ...? Sé lo que diréis: Burro, por que el mundo es así. Pero yo no lo creo.

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