Diario Estelar Planeta Tierra
Parece evidente que deberíamos llamar a las cosas por su nombre, pero ¿cuál es su nombre? Tendríamos que escoger el más preciso, el que de modo más sencillo describe cada cosa y, si queremos, también cada hecho. La situación económica actual no permite eufemismos, aunque sea cuando más se usan para evitar llamar a lo que ocurre con propiedad y verdad.
Un hecho deducible es que ninguna sociedad humana actual es justa. Aunque esto es lo normal: la ausencia de justicia en las sociedades humanas, es perverso intentar hacer creer que existen sociedades justas y que esto es gracias a la civilización occidental. Europa que convirtió el siglo XX en una guerra continua desde el año 1914 hasta el fin de la guerra fría (1989, aprox.) carece de prestigio moral para convertirse en faro del mundo. Las ideologías europeas del siglo XX: fascismo, nazismo y comunismo totalitario asolaron el mundo, y produjeron la muerte de millones de seres humanos (por no recordar la etapa colonialista).
El arrepentimiento posterior a la guerra del siglo XX condujo a la creación de la Comunidad Europea, a la socialdemocracia y al cristianismo humanista y social, pero todo esto solo ha sido un paréntesis. Europa está destrozando el estado del bienestar, con una voracidad inusitada: no hay dinero, pero si para los grandes entes financieros, para los buitres que cuentan sus monedas con avaricia. Cada día hay más victimas de esta guerra económica. Los señores de los Mercados, habitantes del Olimpo Económico, han extendido sus huestes por el mundo para cobrarse su botín: la sangre de los indefensos, ¿Cómo? NO sanidad, NO Educación, NO ayuda a los ancianos, NO ayuda a los inmigrantes... Aquel que no tiene para pagarse esos lujos que sufra las consecuencias, esta es Europa ahora: una nueva lucha de clases, de estados, de naciones y de ideologías.
Las orgullosas clases medias que habían olvldado que no son más que trabajadores sometidos al poder de los estados o de los Señores del Mercado (Lords of the Market) están cayendo en el pozo proletario, y los que no llegaban a clase media están en la esclavitud. La caridad ha sustituido a la justicia y el amor, y gracias que la caridad aún existe.
No hay amor en la Tierra. El CLC, en su ultimo comunicado, ha expresado la opinión de que la especie humana está sufriendo una regresión muy grave; y las escasa fuerzas opositoras no han conseguido establecer una alternativa real. El capitalismo neo-liberal, que bendice al que más tiene y castiga al pobre, desea que la mayor parte de la Humanidad sea esclava de una minoría que disfrutara de todas las ventajas de la tecnología y de la ciencia, la cual será generada por esclavos ilustrados que se seleccionaran de entre los esclavos para poder extraer de ellos a los más capaces de modo que su fuerza de liberación se vea disminuida.
Y en eso llegó, la Verdad, y cegó a toda la Humanidad. Ya no pudieron borrar todos los horrores, todas las muertes, todas las mentiras, todos los crímenes, todo el sufrimiento... Y ningún ser tuvo descanso, ni de día ni de noche: La losa de la conciencia no permitía borrar de su mente y conciencia la culpa, y todo quedó paralizado por el dolor de la percepción del mal. Los gritos y los alaridos eran la música de la Tierra. Tan grande era que se oía más allá del Sol y sus planetas. Y los ángeles y las hadas lloraron durante mil años... Hasta que exhaustos los hombres y las mujeres dejaron de ser hombres y mujeres; y el Cielo los bendijo dándoles otra forma: la Paz y el Amor.
Un hecho deducible es que ninguna sociedad humana actual es justa. Aunque esto es lo normal: la ausencia de justicia en las sociedades humanas, es perverso intentar hacer creer que existen sociedades justas y que esto es gracias a la civilización occidental. Europa que convirtió el siglo XX en una guerra continua desde el año 1914 hasta el fin de la guerra fría (1989, aprox.) carece de prestigio moral para convertirse en faro del mundo. Las ideologías europeas del siglo XX: fascismo, nazismo y comunismo totalitario asolaron el mundo, y produjeron la muerte de millones de seres humanos (por no recordar la etapa colonialista).
El arrepentimiento posterior a la guerra del siglo XX condujo a la creación de la Comunidad Europea, a la socialdemocracia y al cristianismo humanista y social, pero todo esto solo ha sido un paréntesis. Europa está destrozando el estado del bienestar, con una voracidad inusitada: no hay dinero, pero si para los grandes entes financieros, para los buitres que cuentan sus monedas con avaricia. Cada día hay más victimas de esta guerra económica. Los señores de los Mercados, habitantes del Olimpo Económico, han extendido sus huestes por el mundo para cobrarse su botín: la sangre de los indefensos, ¿Cómo? NO sanidad, NO Educación, NO ayuda a los ancianos, NO ayuda a los inmigrantes... Aquel que no tiene para pagarse esos lujos que sufra las consecuencias, esta es Europa ahora: una nueva lucha de clases, de estados, de naciones y de ideologías.
Las orgullosas clases medias que habían olvldado que no son más que trabajadores sometidos al poder de los estados o de los Señores del Mercado (Lords of the Market) están cayendo en el pozo proletario, y los que no llegaban a clase media están en la esclavitud. La caridad ha sustituido a la justicia y el amor, y gracias que la caridad aún existe.
No hay amor en la Tierra. El CLC, en su ultimo comunicado, ha expresado la opinión de que la especie humana está sufriendo una regresión muy grave; y las escasa fuerzas opositoras no han conseguido establecer una alternativa real. El capitalismo neo-liberal, que bendice al que más tiene y castiga al pobre, desea que la mayor parte de la Humanidad sea esclava de una minoría que disfrutara de todas las ventajas de la tecnología y de la ciencia, la cual será generada por esclavos ilustrados que se seleccionaran de entre los esclavos para poder extraer de ellos a los más capaces de modo que su fuerza de liberación se vea disminuida.
Y en eso llegó, la Verdad, y cegó a toda la Humanidad. Ya no pudieron borrar todos los horrores, todas las muertes, todas las mentiras, todos los crímenes, todo el sufrimiento... Y ningún ser tuvo descanso, ni de día ni de noche: La losa de la conciencia no permitía borrar de su mente y conciencia la culpa, y todo quedó paralizado por el dolor de la percepción del mal. Los gritos y los alaridos eran la música de la Tierra. Tan grande era que se oía más allá del Sol y sus planetas. Y los ángeles y las hadas lloraron durante mil años... Hasta que exhaustos los hombres y las mujeres dejaron de ser hombres y mujeres; y el Cielo los bendijo dándoles otra forma: la Paz y el Amor.
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