Quizás Saber es Mejor

Estoy escuchando a Juan Perro, su CD titulado MR HAMBRE. Y escribo, ahora, con sus canciones de fondo inspirador. La música, cuando me gusta, es como una fuente que fortalece mi espíritu hasta creer que todo lo puedo. Pronto, muy pronto veo que transformar mis ideas en realidades es muy, muy difícil. Sin embargo, la situación actual de la sociedad me empuja a creer que se puede, como ese lema de las personas que lo están perdiendo todo. Ya no creo en las mentiras que nos cuentan cada día, en los diarios, en las noticias, en los blogs (el mío el primero), en la web... No puedo creer en nada de todas esas patrañas. Veo a muchas personas honradas castigadas por el poder: ¡como siempre me dirán! Sí, pero no se puede tolerar, como mínimo en la conciencia, aunque la cobardía nos mantenga paralizados. La historia nos enseña que para conseguir los objetivos demenciales, en la mayoría de los casos, de pensadores, líderes y revolucionarios se han de sacrificar miles, cientos de miles, millon

Las cantidades necesitan la acción de la parte más perezosa de nuestro cerebro, la menos intuitiva y más lenta. Es decir se parecería a decir: las apariencias engañan, cuidado. La psicología ha probado este antiguo conocimiento empírico. Sin embargo, hay apariencias que no detectamos de modo sencillo y para las que no tenemos experiencia o información. La naturaleza sigue siendo un misterio, y más si nuestra capacidad de explorar está limitada no solo por la capacidad de nuestra mente sino por las trampas que nos hacemos y que no detectamos. Por ejemplo, cuantas pruebas son necesarias para demostrar que un resultado es verdadero, o en otras palabras que probabilidad tiene asociada de que sea cierto ese resultado con las pruebas realizadas (número y modo): un 99,9%, o un 99%, o un 90%. ¿Un resultado es fiable cuando tiene una probabilidad del 90% de ser cierto? Pensemos en una prueba diagnóstica y la implicación de un 10% de errores. Porque si, en vez de indicar que tiene un 90% de fi

La forma en que se expresa la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera es en volumen/volumen. Es decir: 400 L de dióxido de carbono en 10000000 de L de atmósfera, lo que es igual a 0,0004 L en cada L de atmósfera. Si consideramos el gas dióxido de carbono como un gas ideal, es decir con una interacción nula con los otros componentes de la atmósfera (no es la situación real, es una aproximación) y como se sabe que 1 mol de un gas ocupa en condiciones  normales 22,4 L, se puede calcular la cantidad en gramos o Kg de este gas en ese L de atmósfera. 1 mol de dióxido de carbono es 44 g (sale del peso atómico del C (carbono) 12 y del peso atómico del O (oxígeno) 16; peso del dióxido de carbono CO2 12 + (2 x 16) = 44) por lo tanto 44g de dióxido de carbono en condiciones normales (0°C y una presión de 1 atmósfera o 760 mm Hg) ocuparan un volumne de 22,4 L. Como se puede observar todo esto es solo una aproximación, pero nos puede dar una idea (solo una idea) de la cantidad: 0,0004

He recibido del CLC (Comité de Lerdos Cósmicos) un serio aviso. De que se trata, pues de mi falta de atención a los hechos importantes de los que debería informar al CLC. Mi estancia en la Tierra no tiene como fin distraerme con algunas de las constumbres desarrolladas por la humanidad. Existe una notable preocupación en las galaxias por el medio ambiente de este planeta, y se ha comentado que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha alcanzado un valor de 400 ppm. Esta cantidad es similar a la que existió en una época anterior, en la que en Canada existían junglas, según parece ser o haber sido. En mi descargo he alegado que las condiciones del sol, la distancia a la Luna y el entorno del sistema solar en la galaxia no son iguales a los de esa época y por ello no puedo sacar conclusiones muy claras, por el momento. Me he centrado en que significa 400 ppm. En principio en el lenguaje de los científicos, poco precisos en muchas ocasiones o más bien poco claros (como si