Diario Estelar Planeta Tierra

Estoy escuchando a Juan Perro, su CD titulado MR HAMBRE. Y escribo, ahora, con sus canciones de fondo inspirador. La música, cuando me gusta, es como una fuente que fortalece mi espíritu hasta creer que todo lo puedo. Pronto, muy pronto veo que transformar mis ideas en realidades es muy, muy difícil. Sin embargo, la situación actual de la sociedad me empuja a creer que se puede, como ese lema de las personas que lo están perdiendo todo.

Ya no creo en las mentiras que nos cuentan cada día, en los diarios, en las noticias, en los blogs (el mío el primero), en la web... No puedo creer en nada de todas esas patrañas. Veo a muchas personas honradas castigadas por el poder: ¡como siempre me dirán! Sí, pero no se puede tolerar, como mínimo en la conciencia, aunque la cobardía nos mantenga paralizados.

La historia nos enseña que para conseguir los objetivos demenciales, en la mayoría de los casos, de pensadores, líderes y revolucionarios se han de sacrificar miles, cientos de miles, millones de personas para luego volver a empezar en el mismo punto que se deseó cambiar. Y lo pasado vuelve, no igual, pero con la misma esencia. Y el dolor se extiende, la muerte gana de nuevo por su rápida rapiña, y todo ¿para qué? Para estatuas de los que decidieron el sacrificio. Occidente se horrorizaba de los sacrificios rituales de los pueblos que descubría y explotaba, pero no veía sus propios sacrificios de vidas humanas. La utilización de las personas como piezas desechables de un engranaje diabólico.

La ciencia parecía la salvación, pero que nos ha enseñado: una aproxiamción a ciertas leyes que parecen gobernar la realidad, su uso nos ha abierto posibilidades desconocidas pero no ha mejorado a nuestra especie en lo más fundamental: la ética y la moral. La ciencia es una esclava de la economía y del poder. Los científicos se plegan a las directrices de los poderosos, no trabajan para la humanidad que es a la que deben sus conocimientos. No existe ninguna persona que, por si sola, haya podido aprender todo lo que dice que sabe... No se dejen engañar, el principal valor de la ciencia es el escepticismo, y somos muy reacios a cambiar nuestras convicciones aunque estén erradas.

Como se dice en una película: no se dejen engañar por todas esta impresionante tecnología, las letras y las humanidades contienen más sabiduría y poder de cambio que todas las ciencias. Y es muy sencillo, ¿Quienes deciden como se desarrolla la ciencia, para quién y para qué? Son las leyes que provienen de distintas ideologías o creencias las que dominan el mundo, es decir las letras y las humanidades, no lo que los soberbios científicos creen de si mismos: ciegos por su vanidad y preocupados ahora por la ciencia-negocio.

Ya se dijó: que Dios confunda a mis enemigos (o algo así)

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